Lo bueno se hace esperar.
En 2017 el proyecto que apoyamos fue la construcción de un pozo en la Comunidad de los Arévalos (El Salvador) con el objetivo de que sus habitantes no tuvieran que caminar kilómetros para conseguir agua potable. Aunque dio muchos problemas por toda la burocracia que hubo que salvar, finalmente se consiguió no solo un pozo sino la canalización hasta las propias viviendas y la escuela. Este pozo que acaban de inaugurar ha cambiado la vida de muchísima gente y queremos agradecéroslo a todos los que con vuestros donativos y ayuda desinteresada lo habéis hecho posible